El jefe de Ioan T., de 27 años, empleado en una granja de Piornedo (Castrelo do Val), lo exculpa y asegura que se encontraba en casa cuando se inició el incendio.
Según las hipótesis policiales y los comentarios extendidos entre los vecinos de la zona, el viento avisó los restos de hojas y de rastrojos que quedaron mal apagados en una finca. Esta fue la tesis que sostuvo desde el principio el alcalde, Vicente Gómez. Pese a los indicios, , el patriarca de la explotación ganadera donde trabaja el sospechoso, Aníbal Prieto, ponía ayer la mano en el fuego por su joven rumano en una conversación con FARO. "O rapaz estaba con nós na mesa, chegou unha rapaza e avisou que estaba ardendo na entrada do pueblo e noutro lado". El fuego comenzó a las 13,35 horas según los partes de Medio Rural y el detenido llegó a casa "sobre a unha e cuarto", tras pasar la mañana realizando sus labores en un prado "en Cortegada, que está ó outro lado do incendio". Aníbal cree que los problemas en el manejo del castellano de su trabajador jugaron en contra. "El contesta a todo que si; cando o detuveron dixo ´es por el fuego, es por el fuego". El jefe estaba convencido ayer al cierre de esta edición. "Se non volve esta noite, mañá iremos o cuartel e levaremos a rapaza que avisou de testigo".
La Xunta sostuvo desde el primer minuto la versión de que el incendio de Castrelo do Val tuvo cuatro focos distintos. Los sindicatos y trabajadores del monte elevaron el tono de las críticas por el estrés de jornadas de diez horas y la escaseza de medios y personal –brigadas a la mitad, déficit de motobombas, mantas, equipos de respiración, comunicadores y cantimploras– pero, además, distintas voces apuntaron ayer deficiencias y "relajación" en el operativo que costó la vida a Higinio Vivas quien, aseguran varias fuentes, arrastraba un problema en una pierna e iba a ser operado.
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