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jueves, 26 de enero de 2012

‘Ha sido un infierno y he llegado a pensar que me quedaría en la cárcel’

25/01/2012 La pesadilla del joven Sant García ha llegado a su fin. Este cambrilense se ha pasado cinco meses en la cárcel por una denuncia falsa de violación. La prueba de ADN le ha salvado.



«Fue todo tan repentino y tan alucinante que no podía creer que me estuviera pasando a mi. Una vez entré en la cárcel llegué a pensar que me quedaría mucho tiempo, a pesar de no haber hecho nada. Ha sido realmente un infierno. Una experiencia que me marcará para toda la vida». Así de sobrecogedor es el testimonio de este joven cambrilenses de 27 años y que el pasado martes salió de la cárcel de Tarragona, tras cinco meses preso por culpa de una denuncia falsa de violación.
La pesadilla de Santi García empezó la noche en que conoció a la joven que unas horas más tarde le acusaría de haberla violada. Se trata de una chica de origen colombiano y que supuestamente reside en Salou. «Nos conocimos y nos gustamos. Entablamos una conversación y estuvimos juntos», explica Santi. Hasta aquí, todo perfecto. «Nos habíamos caído bien y la intención era poder conocernos mejor, pero no pudo ser. Todo se torció. Enseguida vi que era una chica muy violenta», explica García. Y es que según explica el joven liberado, la noche que los dos jóvenes se conocieron no acabó como el creía. «Nos empezamos a dar besos y tuvimos relaciones sexuales, pero decidí frenarlo porque ella me empezó a morder y a arañar y a mi estas cosas no me van», asegura. De esa noche Santi todavía conserva algunas cicatrices. Al cabo de dos días, dos agentes de los Mossos d’Esquadra se personaron en  casa de Santi bajo la sorpresa de toda su familia. «Llegaron dos agentes vestidos de paisano y me dijeron que tenía que ir a la comisaría. No entendía nada», comenta. Cuando llegó a las dependencias policiales le informaron de que estaba detenido porque una chica había presentado una denuncia por violación y por haberle propinado varios golpes.  Santi no podía dar crédito a lo que estaba escuchando. La juez, tras escuchar la versión de la joven, L.T., ordenó el ingreso del joven cambrilense a prisión sin fianza. «Cuando la juez ordenó mi ingreso no me lo podía creer, encima sin fianza. Empecé a ver que me había metido injustamente en un callejón sin salida», explica. Pocos días después los forenses examinaron los restos de semen de la vagina de la joven , quien trabajaba en un local de intercambio de parejas en Salou. Al final, los resultados dictaminaron que no pertenecían al acusado. Aún así, Santi siguió en la cárcel. Mientras, su familia, desesperada por la situación, empezó a alzar la voz para denunciar la injusticia que estaba viviendo su hijo e incluso organizó una marcha silenciosa pidiendo justicia y una recogida de firmas.
La única esperanza que le Quedaba a Santi para demostrar su inocencia eran las últimas pruebas de ADN, las que certificarían que el semen que encontraron en la ropa interior de la joven, no fueran del acusado. Y así fue. Lo más lamentable de todo –comenta Santi– es que los resultados tardaron mucho más de lo previsto, lo que provocó que su estancia en la cárcel se alargara más de lo previsto. «Por culpa de esto perdí el empleo que tenía en un restaurante de Cambrils», recordaba ayer Santi. Las pruebas de ADN demostraron finalmente que los restos encontrados en la ropa de la joven no pertenecían al cambrilense, que ahora y con el apoyo de su familia, tomará acciones legales contra la chica y su abogado pedirá el sobreseimiento del caso.

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